Bajando por la plaza mayor de Trujillo en su dirección al Parador Nacional de Turismo, subimos una pequeña cuesta y nos encontramos en un espacio abierto con un magnífico edificio. Es el Convento de San Francisco el Real y San Pedro. Es un edificio antiguo, del año 1493, entonces llamado de San Pedro y Santa Isabel.

En él habitan monjas de clausura de la Tercera Orden Regular Franciscana. Se dedican a hacer labores de artesanía. Con hilos y telas de primera calidad elaboran primorosos bordados a mano, deshilados y vainicas antiguas como se apreciarán en los modelos que podrán ver aquí expuestos.

Se elaboran juegos de toallas con y sin flecos, manteles de té, toallas sueltas, manteles de 1,50m, cubrebandejas, mantelitos individuales, toallas sueltas, juegos de servilletas, etc.

Así mismo se recogen encargos de mantelerías de cualquier medida, cortinas, manteles de iglesia, colchas, caminos de mesa, juegos de toallas con flecos de 1, 2 o 3 piezas, juegos de cama, bordados y deshilados (a mano y máquina), de cualquier modelo y colores. Los encargos pueden personalizarse con marcas de iniciales bordadas o a deshilado. Y todo ello elaborado con el mayor esmero y primor, no habiendo en las labores ni revés ni derecho. Son prendas de esmerada calidad que desde hace años se bordan en este convento franciscano.

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